Bueno, hace mucho tiempo que no escribo. Ya sé que siempre digo que voy a retomarlo, que si a partir de ahora todas las semanas escribo, que si tal, que si cual, y al final nada.Pero al menos cuando escribo es porque creo que merece la pena contarle al mundo algo, y lo de hoy merece la pena... ¡¡¡y mucho!!!
Hoy ha nacido el pequeño Nicolás, Zar de todo lo que abarque su visión y del que me convierto en su siervo. Ha sido simplemente verlo, ver a sus padres henchidos de orgullo por el alumbramiento, y a la familia rodeándolo como el nuevo rey y me he dado cuenta que desde hoy tiene una parte de mi corazón.
Cada vez que algún amigo mío es feliz (en este caso dos) , yo lo soy con él, pero cuando además es por algo tan bonito como traer una nueva vida, no sólo soy feliz, estoy radiante de felicidad, me habría puesto a llorar, y cuando he abrazado a Javi he intentado trasmitirle todo lo positivo que hay en mí (que algo habrá) para que se lo transmita al enano.
Me gustaría explicar todo lo que siento, pero no existen palabras, sólo decirte Nicolás que sé que nunca te faltará nada en tu vida, pero si alguna vez te hiciese falta, y yo fuese el único que pudiese dártelo, no dudaría, aunque en ello me fuese la vida, porque desde hoy sin ti ya no tiene sentido mi vida.
Nicolás bienvenido al mundo y bienvenido a nuestras vidas, espero hacerte tan feliz como tú lo has hecho en el momento que te vi.
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