Mare Nostrum

Hoy me apetece verte, y quien sabe si sentirte, o quizás estés revuelto, pero hoy me he levantado y he sentido la sensación de que mi mar me llamaba, y tranquilo, que nos veremos en unas horas, ver como te mueves con fiereza, o relajas tus aguas para tranquilizar mi vista, hoy necesito sentir esa arena entre mis pies.

Eres mi calma y mi excitación. Te observo y veo como día a día quieres salir, acercarte a nosotros y después con miedo te retraes, pero dudas, y vuelves a lanzarte, y una vez más el miedo, o quizás el respeto, te hacer retroceder tus pasos. Dicen que poco a poco vas cogiéndonos terreno y que en un futuro lejano todo lo que hoy pisamos será tuyo, poco a poco adquieres fuerza y te acercas, pero lo haces con disimulo, sin que apenas nos percatemos, y quizás un día cuando estemos despistados nos engullas.

Quizás no seas el mar más limpio del mundo, quizás no estés entre las 100 mejores playas del mundo, bueno ni entre las mil, pero esa encuesta no me la hicieron a mí.

Aquí he crecido, y aquí tengo mis mejores amigos, y aquí descubrí sensaciones indescriptibles.

Quizás no sea un fanático del sol, y no esté a primera hora de la mañana cogiendo color, pero me encanta estar ahí, echar una petanca (por cierto soy actual defensor del título), pasear por la playa con un grupo de maromos a cada cual más bello, echar un partido (antes de 3 horas, ahora si llega a una es un milagro), darnos esos baños al atardecer con bañador en la cabeza.

Cuando te veo te siento mio, y quizás ese sentimiento ya lo sintieron hace siglos los que te bautizaron como "Mare Nostrum", pero esa porción de mar que diviso sentado en la terraza de Las Adelfas, esa porción que me moja los pies cuando camino por tu orilla, esa porción es mía, mía y de aquellos que sienten como yo, aquellos a los que os llamo amigos.