
Aunque por otro lado...¿sabéis qué? Que me hacía ilusión que pasase, más que nada porque si algún día tiene que pasar, me gustaría estar presente, no sabemos lo que habría al otro lado del agujero, y oye, quizás va y es divertido, y total, si es la destrucción, tampoco nos ibamos a dar ni cuenta ninguno, jaja.
En fin, que de momento sigue viva la humanidad, y eso es bueno, porque así podré disfrutar cada día de las cosas que merecen la pena.
PD: El sábado toca seguir disfrutando en El Perelló, lo llamaría segunda despedida, pero no es un término que me parezca correcto, pues uno de los que se casan no podrá estar pues sus amigos de Valencia le hacen la despedida ese día, lo que si es seguro es que la vamos a montar grande, ¿no? ¿acabaremos en el Bar Rural?
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